Antonio Algora ha alertado a los delegados y las delegadas del MMTC que el núcleo del problema está en ”cuando no se trabaja, o se trabaja en exceso, en malas condiciones entra en juego la democracia y el pacto social”.
Durante su intervención, Antonio Algora, obispo emérito de Ciudad Real y responsable de la Pastoral Obrera de la Conferencia Episcopal Española ha trasladado a los delegados y delegadas del Movimiento Mundial de Trabajadores Cristianos, en sintonía con lo ya manifestado por el papa Francisco, que “tenemos que decir no a la economía que pone la vida en una desigualdad cada vez mayor. No se puede tolerar más que se tire comida cuando hay gente que pasa hambre, donde es noticia todo lo económico y no que un hombre muera de frío. Se considera al ser humano como un bien de consumo. Tenemos una cultura del descarte, más allá de la cultura de la explotación. Los excluidos ya no son explotados sino sujetos restantes (EG 53). Un ejemplo de exclusión es lo que pasa en nuestro país: se sale de la crisis sin el trabajo de 4 mill de personas.”
En su ponencia, ha realizado una aproximación a la aportación del papa Francisco a la Pastoral Obrera, remontándose al Documento de la Aparecida -del que fue responsable de su redacción- y en el que se abordan las desigualdades en el mundo de trabajo; la falta de oportunidades de progreso de los jóvenes; el desempleo y subempleo; el trabajo informal; el trabajo formal precario, etc. Algora señala que lo que dice el Papa, recogiendo lo de sus predecesores San Juan Pablo II y Benedicto XVI, indica una larga marcha en la historia de los hombres y las mujeres, que poco a poco van trabajando en lucha por la paz, por la justicia… En la vertiente social, “es una dimensión imprescindible del cristiano. Su propuesta es una espiritualidad de comunión, no individualista y oculta, sino una espiritualidad de Dios, que no aparta a los creyentes de la trayectoria del mundo sino que los envía a implicarse en la vida y en la transformación de la historia. Participando en el proyecto de Dios con una concepción del trabajo que lleva a la comunión de personas”, apuntó.
El prelado ha subrayado que la persona “debe seguir siendo protagonista de las transformaciones del trabajo y del trabajo mismo. Nos debemos preguntar ¿Cómo resuelve el papa Francisco el dirigirse a personas que no son creyentes? Por ejemplo a los sindicatos, en un reciente mensaje señaló: “Persona y trabajo deben juntarse, porque si decimos trabajo sin decir persona el trabajo deja de ser humano y se pierde a sí mismo; pero si pensamos en la persona sin el trabajo es algo incompleto, porque la persona se convierte en más plenamente persona cuando trabaja. El trabajo es la forma más común de cooperación. Cada día millones de personas cooperan trabajando. El trabajo es una forma de amor cívico, un amor verdadero, auténtico que nos hace vivir y saca adelante al mundo”.
Para Algora, Bergoglio es claro a la hora de poner el dedo en la llaga. Volviendo a citar el Documento de la Aparecida, señala tres rasgos: La aparición de una nueva cultura, bajo la lógica del individualismo; Una globalización que concentra el poder y hace vertiginosa la competitividad. El poder y la riqueza, la cultura se concentra en manos de unos pocos. Esto hace que haya muchos excluídos. Surgen formas de pobreza cada vez más fuerte; y la marginación y exclusión.
Para la Pastoral Obrera, de la que es responsable, dijo que es de agradecer las intervenciones sobre el mundo del trabajo que realiza el Papa. En su última visita a una siderurgia, en Italia, dice que “los diálogos en las fábricas son lugares de la vida, el mundo del trabajo es el mundo del pueblo de Dios, todos somos Iglesia, todos somos pueblo de Dios”. De ahí se afirma que “es un lugar prioritario en la atención social y eclesial. Muchos han puesto en duda la necesidad de un apostolado, que se haga presente en los centros de trabajo”.
En este sentido, Algora ha querido animar la tarea de los movimientos y militantes del MMTC para que sean testigos y contribuyan a la cultura del encuentro y la solidaridad que pasa necesariamente por “formar a sus miembros en la Doctrina Social de la Iglesia y fortalecer el compromiso” al que estamos llamados.
Finalmente, el obispo ha puesto en valor “el trabajo como elemento imprescindible del pacto social, y por tanto de la democracia. El trabajo es amigo del ser humano, no cómo enemigo. Los hombres y mujeres se nutren del trabajo, están ungidos en dignidad con él” para alertar a los delegados y delegadas del MMTC que el núcleo del problema está en ”cuando no se trabaja, o se trabaja en exceso, en malas condiciones entra en juego la democracia y el pacto social”.
AGENDA DE TRABAJO. Martes, 18 de julio 2017.
09:15h. Grupos de trabajo.
15:30h - 17:30h. Encuentro con el Comité de Empresa de Nissan, con las Plataformas “No a las minas” y con Cáritas diocesana. Los delegados y las delegadas del Movimiento Mundial de Trabajadores Cristianos, van a conocer de primera mano de las luchas y programas de empleo existente en la ciudad. Un primer grupo asistirá a la reunión con el Comité de Empresa de Nissan en el salón de actos de la Junta de Castilla-León. Un segundo grupo, con las Plataformas “No a las minas”, en la comunidad de La Milagrosa de las Hijas de la Caridad (bajada de Santo Tomás, 48). Un tercer grupo, participará en la reunión con Cáritas diocesana, en salones de la parroquia de la Sagrada Familia, para conocer su programa de empleo.