“La política es un vehículo fundamental para edificar la ciudadanía y la actividad del hombre, pero cuando aquellos que se dedican a ella no la viven como un servicio a la comunidad humana, puede convertirse en un instrumento de opresión, marginación e incluso de destrucción” (52 Jornada Mundial de la Paz, 2019).
Muy oportunas palabras de Papa Francisco para el comienzo del año dándonos una de las claves esenciales para un buen ejercicio de la política en cualquier ambiente, ya sea para los hombres y mujeres responsables de regir en el gobierno, hasta en la familia, el barrio, el centro laboral e inclusive la comunidad cristiana que no está exenta de participar en la construcción del bien común, como hijos de Dios.
Por este motivo, hemos enfocado los diferentes aspectos del Arte de la Política, porque ¿acaso no es un arte lograr que todos y todas tengamos posibilidad de participar en la propuesta de un proyecto común de nación y así mismo, tomar parte en la toma de decisiones que no corresponde solo a unos por tener cierto rango de autoridad, poder o posibilidad de manipular a las grandes masas?
Y hablando de todos y todas, en particular queremos participar en la gran repulsa que sentimos por las víctimas del feminicidio, por aquellas concepciones culturales e ideológicas que desprecian a las mujeres por una sola condición: “ser mujeres”, cuando le debemos la continuidad de la especie humana y todo lo que de Amor y Esperanza crean en el Mundo.