COMO TRABAJADORES NOS MANTENEMOS FIRMES EN NUESTRA MISIÓN: "LUCHAR, LUCHAR, LUCHAR Y RESISTIR SIEMPRE”.
Pensábamos que habíamos salido de la crisis sanitaria y que podríamos manifestarnos en el Día del Trabajo. Pero aquí estamos, todavía bajo el yugo de esta pandemia que carcome nuestra Casa Común, luchando por mantenernos a salvo.
El Primero de Mayo es una inscripción indeleble. No sólo estamos luchando contra un virus destructivo a nivel mundial, sino también contra una corriente divisoria que disminuye la primacía del trabajo. Este valor social y personal, que eleva la dignidad de cada individuo, debe llevarse siempre en alto en los corazones y las mentes de los estados como un estandarte de humanidad.
¿Seremos capaces de velar por el declive de los valores heredados de los antiguos?
¿Seremos capaces de velar por la dignidad de los pobres de la que son constantemente despojados, de los marginados que hacen cola frente a las tiendas de solidaridad, «
“restaurantes desde el corazón”, o durante la distribución de paquetes de alimentos y cheques de solidaridad?
¿Seremos capaces de resistir con los trabajadores y trabajadoras a la explotación económica?
Los derechos fundamentales no siempre se respetan, e incluso podría decirse que están en retroceso. Podemos mencionar:
- El número de desempleados sigue aumentando, señal de que una parte de la población asalariada está en paro. En la Isla de la Reunión, la tasa de desempleo es del 21%
- Artesanos, pequeñas y medianas empresas que despiden a sus empleados o quiebran
- La precarización del empleo
- La pérdida de beneficios sociales
- Falta de vivienda digna y decente,
- Desigualdades en el trato a hombres y mujeres.
Esta situación tiene importantes repercusiones en el seno de las familias, donde el desempleo y la precariedad provocan aislamiento y tensiones intrafamiliares, violencia y problemas de salud y educación.
El hecho es que cada trabajador es una imagen del Creador, que no deja de dar prioridad al ser humano, como para repetir "que vale más que todo el oro del mundo" (Joseph Cardijn).
Cada mujer y cada hombre están llamados a ser actores y a participar en un desarrollo sostenible y solidario y en la transformación de la sociedad para vivir con rectitud.
Al mismo tiempo, nuestra sociedad desigual, que pierde valores en sus objetivos de globalización, tiende a considerar al trabajador como un engranaje, un consumidor. El modelo económico se preocupa más por su economía que por el ser humano. Así, las empresas multinacionales siguen enriqueciéndose en su mayoría con beneficios colosales.
Junto con el MMTC (Movimiento Mundial de Trabajadores Cristianos) del que es miembro, el MTCR (Movimiento de Trabajadores Cristianos de Reunion) desea asociarse a todos aquellos que, en Reunión y en el mundo, consideran esta jornada del 1º de mayo, Día Internacional de los Trabajadores, como una invitación a mantener y proseguir la lucha por una sociedad más justa, más fraterna y sostenible.
No olvidemos que si las condiciones laborales han mejorado con el paso del tiempo, es porque los trabajadores han creado solidaridad para seguir siendo el camino de la esperanza, y continuar la lucha con quienes buscan construir un mundo más justo, de paz, donde se respeten los derechos humanos... y aún queda trabajo por hacer.
El Primero de Mayo no es sólo una manifestación de un día, sino un recordatorio de que es una lucha diaria. Y para nosotros, los cristianos, es una lucha centrada en el ser humano, en nombre de Cristo, con el Espíritu Santo.
¿Seremos capaces de enriquecer nuestra forma de ver, de analizar... con las armas del corazón y las enseñanzas extraídas del pensamiento social de la Iglesia poniendo a Dios y a su Hijo en nuestros juicios?
Jesus Cristo se dio a conocer a través de las curaciones. En estos tiempos de pandemia, dejémonos inocular por su Espíritu, para conseguir, con pequeñas acciones allí donde estemos, un cambio a escala global.
Mensaje escrito por el Movimiento Obrero Cristiano - MTC RÉUNION