En el Seminario Internacional y la Asamblea General de MMTC, que tuvieron lugar el pasado julio en Haltern am See (Alemania), las mujeres se reunieron para compartir y hablar de las realidades vividas en sus zonas. De ahí, se extrajo la moción de la situación de las mujeres, presentada y adoptada en la Asamblea.
El 8 de marzo de 2014, proseguimos el tema del MMTC «Construyamos una sociedad justa, fraternal y sostenible», a la vista de lo vivido y de los compromisos de las mujeres. Acogemos a las mujeres que se movilizan y se implican en todo el mundo. ¡Ahora más que nunca las mujeres reafirmamos que estamos decididas a avanzar de manera solidaria para hacer retroceder las situaciones que perjudican la dignidad de nuestras hermanas del planeta!
CONSTRUYAMOS UNA SOCIEDAD JUSTA:
¡La mujer es igual que el hombre! Las acciones en la familia, en el trabajo, en la comunidad, todos los gestos y las luchas que llevan al reconocimiento de los derechos fundamentales de la mujer y la infancia contribuyen a una sociedad justa.
En Bangladesh: Tras el terrible incendio de la fábrica textil Tazreen y el derrumbe del Rana Plaza, donde trabajaban en su mayoría mujeres obreras, las asociaciones piden a las empresas que indemnicen a las víctimas y a sus familias. Actualmente, centenares de obreras y obreros no pueden hacer frente a los gastos médicos, al alquiler o incluso a la alimentación.
En la India: El pasado enero, un Movimiento de mujeres cristianas se puso en marcha en Bangalore durante una conferencia nacional. Las participantes declararon: «querer comprometerse a salir de su propia zona de confort, a promover actos de solidaridad y justicia, a defender la dignidad de las mujeres y a crear redes con otras comunidades».
UNA SOCIEDAD FRATERNAL:
No hay fraternidad real sin el reconocimiento y el respeto total de la mujer – Una sociedad en la que el cuerpo de la mujer y la niña no sea más que una mercancía engendra violencia, tráfico de personas, ablación y prostitución. ¡No! La mujer es una co-creadora y colaboradora para la vida en abundancia, en la que cualquier forma de degradación debe ser abolida.
En Egipto: una asociación de mujeres trabaja para ayudar físicamente a las mujeres y a las jóvenes observando lo que ocurre en Tahrir e interviniendo en caso de agresión. La asociación aporta ayuda sanitaria, psicológica y jurídica a las víctimas, en colaboración con tras asociaciones.
En Haití: Después del seismo del año 2010, las mujeres y las jóvenes son, con más frecuencia, víctimas de la violencia, de violaciones y de la falta de recursos. En los centros de mujeres del norte y el sur de Puerto Príncipe sensibilizan y asesoran junto a la policía nacional, la prensa, las escuelas y las mujeres para reclamar dignidad y justicia. Además, acompañan a las mujeres durante la ayuda psicológica, sanitaria y los procesos judiciales.
Y UNA SOCIEDAD SOSTENIBLE:
Según el informe del Instituto Nacional de Evolución Demográfica (INED) del año 2003, actualmente somos un poco más de 7 millones de habitantes en el planeta Tierra. Y según la United States Census Bureau, el 49 % de la población mundial pertenece al sexo femenino – minoría debida, entre otras causas, a los abortos selectivos en algunos países. Sin embargo, las mujeres y su trabajo junto a las familias y las comunidades es esencial en todos los niveles para la duración del planeta.
En Japón: Después de Fukushima, las mujeres se encuentran a la cabeza del movimiento antinuclear. Denuncian la desinformación del gobierno y quieren que se informe a la población sobre las consecuencias que tiene la radiación en la salud y el medio ambiente, para así proteger a la infancia y las futuras generaciones.
En Guatemala: Las mujeres luchan por la defensa de los derechos y las comunidades frente a los proyectos de explotación minera que ponen en riesgo el medio ambiente y perjudican a la población. Estas mujeres corren grandes riesgos manifestando abiertamente -agresiones físicas, acosos, asesinatos- por los intereses relacionados con estos proyectos.
En Quebec: Durante la primavera de arce en el año 2012, las mujeres de todas las áreas salieron y movilizaron a la población para manifestarse por las calles a golpe de cacerolas. ¿Por qué una cacerola, un utensilio de cocina? Como dice una participante: «la cacerola representa la opresión, el confinamiento de las mujeres en la esfera privada. Es el símbolo de la ira femenina; a veces también ha simbolizado su trabajo y su fuerza, especialmente en el movimiento obrero». ¡Ni hablar de olvidar las luchas y perder lo conseguido!
Estos ejemplos demuestran la fuerza y la importancia de la lucha de las mujeres, por ellas y por hacer un mundo mejor para todos los seres humanos.
Militantes obreras y obreros, cristianos, somos conscientes que es imprescindible unir nuestras fuerzas para ganar estas luchas. El respeto de los derechos fundamentales de las personas es el zócalo sobre el que podemos construir una sociedad justa, fraternal y duradera.
Para la Secretaría General del MMTC
Nicole (MTC Québec)