Prueba de ello es este nuevo número de INFOR, que cede la palabra a todos aquellos que, en cualquier lugar del planeta, deciden pasar a la acción. Aquellos que, rechazando la fatalidad de la pobreza, la injusticia o el odio, resisten, desarrollan proyectos y nos descubren ese mundo que anhelamos en el MMTC. Ellos ponen de manifiesto que los derechos humanos no deben conocer fronteras y que cualquier acción, sea cual sea el lugar donde se produzca, hace avanzar a toda la humanidad.
En Pakistán, el Movimiento (en su primera actuación) se atreve a pedir que se investigue a los culpables de ordenar que una pareja de cristianos fueran quemados vivos por blasfemia. En Egipto, Sabah, de El Cairo, se atreve a hablar de su confianza en un mundo mejor a pesar de todos los obstáculos. En Sudamérica hay novedades sobre el restablecimiento de una Coordinación. En Brasil, el MTC organiza programas de formación para favorecer una economía solidaria y nos da a conocer el testimonio de Dilma Rousseff durante la dictadura.
En Centroamérica, un congreso internacional que reúne a la HOAC de España, el Movimiento de Guatemala y otras asociaciones de la sociedad civil ha permitido compartir la lucha contra el desempleo, la explotación y la esclavitud. En Francia, especialmente en Calais, los cristianos miembros de la Acción Católica Obrera, junto con otras asociaciones, invitan a los poderes públicos a asumir su responsabilidad para intentar conseguir la acogida de los inmigrantes. En Burdeos, la ACO apoya a los empleados de una clínica que luchan por su salario. Por último, ha suscitado mucha esperanza una iniciativa del Papa Francisco y el Consejo Pontificio «Justicia y Paz», que reunió a los miembros del MMTC y de diferentes asociaciones de clases trabajadoras con el fin de recoger el punto de vista de estos movimientos para comprender mejor las causas de la creciente desigualdad social y del aumento de la exclusión en todo el mundo.
Todos estos proyectos, actuaciones (y muchos otros) no son portada en los periódicos pero muestran un MMTC dinámico, comprometido con otras asociaciones en las zonas de fractura de las que habla el papa Francisco. Y quiere rendir homenaje a los miembros fallecidos recientemente: Justin, Eric y Genoveva, que siempre serán para nosotros grandes testigos. A través de sus miembros, el MMTC continúa escribiendo el gran libro de la Vida, sacando su fuerza del ejemplo de Jesucristo, que vino a compartir esta vida en su totalidad, incluidos el sufrimiento y la muerte. Este editorial, escrito unos días antes de Navidad, nos invita a volver nuestra mirada hacia este «Dios con nosotros». Este mundo nuevo que anhelamos tiene un nombre: el Reino. Se describe en las palabras del profeta Isaías que repite Jesús al comienzo de su misión: «El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha consagrado para llevar a los pobres la buena noticia de la salvación; me ha enviado a anunciar la libertad a los presos y a dar vista a los ciegos; a liberar a los oprimidos» (Lucas 4, 18).
Cuando llega el momento de celebrar la Navidad y comenzar un nuevo año, no bajemos los brazos, planteemos nuevos proyectos y continuemos siendo artífices de este mundo nuevo en desarrollo. El Dios en el que creemos nos vincula a esta transformación, cuenta con nosotros. Conseguir un mundo justo, fraternal y sostenible también es cosa nuestra.
Guy Boudaud
Consiliario Internacional del MMTC