El próximo 27 de febrero la ciudadanía se va a movilizar para exigir un pasaje seguro y la defensa de los derechos humanos de las personas refugiadas que llegan a la Unión Europea.
Esta crisis de solidaridad con los refugiados representa un reto para toda Europa al que hemos de dar respuesta, con estas movilizaciones y con nuestra solidaridad concreta.
Por eso como trabajadores cristianos de toda Europa nos unimos y damos apoyo a estas movilizaciones ciudadanas y pedimos a la Iglesia y a la sociedad civil que apoyen estas convocatorias.
Hay quienes se empeñan en construir una Europa fortaleza, llena de gente que viva tranquilamente, pero infelices, porque no podemos
dejar de escuchar los gemidos que llegan desde el resto de la humanidad. Es hora de que Europa tome conciencia de que esta política migratoria es contraria a los derechos humanos, de los cuales debería ser referente mundial.
Como trabajadores cristianos, siguiendo el ejemplo de Jesucristo, estamos llamados a defender la dignidad de cada persona, en cualquier situación, y a construir una sociedad justa, fraterna y sostenible junto a todas las personas de buena voluntad.