¿Cuántos niños crecen sin protección ni acceso a la educación? ¿Cuántas mujeres sufren violencia, humillación y deshumanización? ¿Cuántas familias viven sin techo, sin tierra, sin recursos para cubrir sus necesidades? ¿Cuántos trabajadores son privados de empleo o explotados en condiciones indignas, mientras las ganancias de las empresas alcanzan niveles récord?
Cada año se nos anuncia un crecimiento económico mundial, un aumento en el número de multimillonarios y beneficios récord de las multinacionales. Como afirma Fratelli tutti: «Mientras una parte de la humanidad vive en la opulencia, otra ve su dignidad ignorada, despreciada o pisoteada, y sus derechos fundamentales ignorados o violados».
Frente a esta situación, vivir dignamente a veces parece reservado a una élite. Sin embargo, los miembros del Movimiento Mundial de Trabajadores Cristianos (MMTC) y otros movimientos sociales tienen una fuerte convicción: otro modo de vida es posible. Están animados por la esperanza y la certeza de que la liberación de los pueblos pasa por la solidaridad y la acción conjunta.
«Y Dios creó al hombre a su imagen; lo creó a imagen de Dios: lo creó varón y mujer» (Gn 1, 27). «De hecho, Dios amó tanto al mundo que dio a su Hijo único, para que todo aquel que cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna» (Jn 3, 16). Estos versículos bíblicos recuerdan una verdad esencial: cada ser humano lleva en sí la huella divina, amado y salvado a un precio incalculable, el de la sangre de Jesucristo.
La dignidad humana está en el corazón de la Doctrina Social de la Iglesia. Se basa en la convicción de que cada persona, independientemente de su estatus económico o social, posee un valor intrínseco e inalienable. La Iglesia recuerda con firmeza que la economía y la sociedad deben estar al servicio del ser humano y no al contrario. Las declaraciones universales y los pactos internacionales sobre los derechos humanos, adoptados por las Naciones Unidas, traducen la aspiración a un mundo donde cada individuo es respetado y vive con dignidad. Sin embargo, la realidad sigue marcada por las desigualdades, las injusticias y los abusos que afectan a los más vulnerables.
Este número del INFOR reúne testimonios sobre situaciones alarmantes vividas en los cuatro rincones del mundo. Pero también pone de relieve iniciativas inspiradoras y dinámicas colectivas que demuestran que otra economía, más justa y humana, puede surgir.
Evariste Nsengunurenyi, Secretario General del MMTC